Cataratas Argentinas

Cataratas Argentinas
"La patria, es mi infancia"
Lo que sucede a diario, relatos de lo cotidiano, de lo fantastico. Los anhelos, los recuerdos, lo que vemos, escuchamos, tocamos, degustamos, olfateamos.
La vida, el amor, la musica, los colores.

El llanto, la risa, los estímulos, las criticas.
La amistad, el futbol, la niñez.

Perico

Perico
"Para mirar las últimas entradas pinchar sobre el perico"

martes, 28 de abril de 2009

Vélez y el olivo

El domingo a la tarde me senté frente a la TV para ver mi programa favorito. Sí, un partido del campeonato argentino de fútbol. En esta ocasión Colón de Santa Fe vs. Vélez Sarsfield. Presté suma atención a las imágenes previas, esas que muestran a las hinchadas, los puestos de choripan, los accesos al estadio, etc. Muchos de mis amigos se encontraban allí, siguiendo al equipo “fortinero” a pesar de la distancia.
Al cabo del primer tiempo me sentía muy triste por la parcial derrota de 2 a 0 que estaba sufriendo el club de mi barrio de crianza, a pesar de ser hincha de Boca. Así pues, en el entretiempo mi pequeño hijo me pidió ver dibujitos, a lo que accedí de inmediato, sintonizando el canal de su preferencia. Acto seguido me fui a juntar aceitunas, trepando a los olivos que habitan el fondo de mi finca. Para hacer esto, tomé una canasta de mimbre y puse la radio en el patio, sintonizada en Continental, la cual por medio del gran periodista “Turco” Webe, relataba el encuentro de mi interés.
Subido al olivo más alto, me vino a la memoria una tarde del otoño/invierno del año 93, cuando, juntando aceitunas en el mismo sitio, escuché el partido Ñuls de Rosario vs Vélez Sarsfield en el Parque Independencia de Rosario. En ese partido Vélez venía primero, había perdido la fecha anterior con River, por lo cual era importantísimo reafirmar sus aspiraciones de campeón con una vuelta al triunfo. Realmente sentía en ese momento, que si Vélez ganaba, era un genuino favorito a alzarse con el campeonato. Aquel partido lo ganó 1 a 0 y se encaminó para lograr el campeonato que abrió la puerta para los postreros triunfos internacionales. Eran tiempos de Bianchi y sus proezas.
Subido al árbol reflexioné sobre esto, por lo cual decidí, a pesar que el turco Webe anunciaba el comienzo del 2do tiempo, no bajar del mismo y continuar con la recolección de aceitunas. Al minuto escuché el grito sutil del relator anunciando el gol de Vélez, por lo cual me dije ¡hoy no pierde!, y mis pies se afirmaron con más fuerza a las ramas del olivo. Luego vino un 2do. grito ya más prolongado y eufórico; una sensación de gozo se apoderó de mi persona.
¿Qué decir cuando llegó el tercer gol del burrito Martínez? El júbilo se apropió de mi espíritu. Con la cuarta conquista volvió la mesura, la euforia se atenuó, ya que sentí la tranquilidad de saber que el partido estaba ganado.
Concluido el cotejo bajé del árbol con la canasta llena de aceitunas y esperanzas; le dije gracias por la suerte que sentí que otorgó. Luego fui a ver a mi hijo Camilo, el cual seguía viendo dibujitos vestido con su camisetita de Boca Nº 7 de Guillermo; pensé, yo también tenía la 7 pero la de “Mané” Ponce. Me preguntó,. - ¿Cómo salio Boca?. Le mentí a medias, ya que dije ... juega el jueves.

Este semestre soy hincha de Boca en la copa y Vélez en el campeonato.

miércoles, 15 de abril de 2009

Aventura de la novia perdida


Alejandro Dolina fue culpable de hacerme pasar muy gratos momentos. Tanto desde las páginas de la revista Humor como desde el micrófono de radio El Mundo junto a Adolfo Castello cuando hacían “Demasiado tarde para lagrimas”; ambos casos a principios o promediando los 80.
Luego sentí que sus aportes fueron paulatinamente mermando mi atención. Hasta el día de hoy en que esporadicamente me intereso en su labor.

Hoy me ojeé en el siguiente fragmento.


"Aventura de la novia perdida"


Un día usted resuelve encontrar a su Primera Novia.
Si usted ha tenido el descaro de casarse con ella, es evidente que la cosa no constituye una aventura sino una fatalidad.Pero supongamos que usted no la ve desde hace veinte años. No sabe qué ha sido de ella. Apenas recuerda su nombre y su cara ha tomado ya la forma de los sueños y el recuerdo.
Usted hace averiguaciones. Indaga entre quienes la han conocido. Investiga en los lugares en los que ella trabajó o estudió. Recorre calles al acaso, cree reconocerla dos o tres veces. Alguien le pasa un dato cierto.
Mientras todo esto ocurre, usted se vuelve a enamorar de la Primera Novia y sueña todas las noches con ella, como solía hacer veinte años atrás.
Un día usted descubre su paradero. Sabe exactamente dónde encontrarla. Tiene la dirección, el número de su teléfono y conoce los horarios en que es apropiado llegar a ella.
Usted piensa que la aventura ya puede comenzar, pero en realidad es aquí donde debe terminar.

Alejandro Dolina (Fragmento de El libro del Fantasma)

jueves, 2 de abril de 2009

"Muerte"


.
.
.
.
.
.

La rueda gira. Transcurre el tiempo. Las vidas van claudicando aún antes de emerger. Se encienden televisores, también algunos se apagan.
Descubrimientos asoman a la superficie, unos curan, otros enferman y matan.
Ese es el mundo, nuestro mundo, mi mundo … inmundo.
La gente está desparramada por la Tierra. Cuando digo “desparramada” es literal. En su desesperación por durar, elige todos los días como llegar al mañana. Es ahí precisamente donde se muere un poco. En es maldita elección de durar. Morir un poco todos los días es estar casi muerto. Un casi muerto no dista mucho de un fallecido.

Los extinguidos de espíritu son los que edifican el mundo día a día, transcurriendo entre sol y lunas; papas y lechugas; agua y oro; vinos, cervezas y licores; dentistas y electricistas; sonetos y cucarachas; remedios y paseos; tortas de frutas y recuerdos; ascensores y taxis; orgasmos y duelos; caricias y bofetadas; recetas y escrituras; oscuros y teñidos; tristezas y desesperanzas; dioses y mentiras; labores y sinrazones; computadoras y mendigos; restas y saldos; soldados y docentes; bomberos y payasos.
Nos envuelve el moho propio de la involución del ser humano, cada vez más alejado del amor, destruyendo momento a momento su habitat, su presente, su esperanza, su prójimo.

El tufo aumenta su intensidad, se deposita en toda la dimensión humana, que respira el smok producido por la combustión del alma de las personas que lloran en su interior, alimentando con sus lágrimas el ardor del fuego que contamina la sociedad toda.

Muerte, fallecimiento, expiración, defunción, fenecimiento, perecimiento, extinción, conclusión.
La muerte nos acecha en todas sus formas; asesinato, liquidación, accidente, matanza, crimen, homicidio, hora suprema, partida, atentado, exterminio, eutanasia, suicidio, inmolación, sacrificio, holocausto, violación seguida de muerte, ritual macabro, envenenamiento
, largo etc.

Dejar morir a un semejante, es asesinarlo.
Deberíamos purgar condenas como Robledo de Olivos.