Cataratas Argentinas

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"La patria, es mi infancia"
Lo que sucede a diario, relatos de lo cotidiano, de lo fantastico. Los anhelos, los recuerdos, lo que vemos, escuchamos, tocamos, degustamos, olfateamos.
La vida, el amor, la musica, los colores.

El llanto, la risa, los estímulos, las criticas.
La amistad, el futbol, la niñez.

Perico

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miércoles, 28 de mayo de 2008

"Matias el Viejo"


Rumea su bronca. Pide auxilio en el más absoluto silencio; “SOS” un boludo, piensa en su fibra más intima. El tren se marchó; partió de forma natural, como se unta una tostada con manteca o se toma una ducha tibia. No se subió, perdió la ocasión. Quedó en bolas; solo; solísimo. Corrijo, diría que más que bronca sentía desdicha. El anden vacío; no se veía ni a Penélope. Bajo el techo de chapa, la estación alberga la desesperanza del transeúnte. Su cigarro encendido se consume lenta, pausada y silenciosamente. La ceniza vuela de modo delicado, el viejo y sabio viento sopla perspicaz, sin descanso menea las copas de los árboles, que bailan su danza inclaudicable.
Los botes de residuos intentan contener los nutridos desechos. Restos de panchos, bolsas de nylon, botellas, envoltorios de golosinas, bolsas de nylon, montones de papeles, cartones, bolsas de nylon, envases de todo material, vasos con restos de café, bolsas de nylon, paraguas rotos, yerba mezclada con inmundos elementos vomitivos, bolsas de nylon, latas de cerveza, petacas, bolsas de nylon, vidrios rotos, pequeñas baterías sulfatadas, bolsas de plástico; son su disperso compendio. El intento de contención, es eso, una tentativa fallida, ya que su resultado es solo parcial, pues, la basura fluye del tambor, se extiende fuera de él, se propaga por el ambiente, prolongándose en toda la geografía urbana. Basuras, porquerías, impurezas, suciedad, inmundicia, mugre, despojos, desechos, restos, desperdicios se asocian para atacar a la sociedad; que queda prisionera de los excrementos humanos. Llora la Comunidad, llora. Podría educar al individuo para no ensuciar, para que limpie, se ordene. Pero los tiempos se suceden. La Estación observa, mira sigilosamente con el mutismo de la noche.
Pasan las políticas y los funcionarios, las luces y los personajes, los perfumes y las putas, las democracias y los farsantes, los barcos y los polizontes, las empresas y los patrones, las dictaduras y los opresores, la decadencia y los apostadores, los comercios y los mercaderes, las ferias y los artesanos. Los silencios y los sabios, las traiciones y los aliancistas. Pasan. Todos pasamos.

1 comentario:

Silvio dijo...

Si se pincha la foto del tren se puede escuchar a Victor Heredia y ver hermosos dibujos que contrastan con el relato.