Cataratas Argentinas

Cataratas Argentinas
"La patria, es mi infancia"
Lo que sucede a diario, relatos de lo cotidiano, de lo fantastico. Los anhelos, los recuerdos, lo que vemos, escuchamos, tocamos, degustamos, olfateamos.
La vida, el amor, la musica, los colores.

El llanto, la risa, los estímulos, las criticas.
La amistad, el futbol, la niñez.

Perico

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domingo, 28 de junio de 2009

Recuerdos


En una triste noche de junio
recordé momentos de mi vida.
Tristezas, llantos, alegrías amigos y amores.
Amores tiernos, suaves, dulces, amargos
Y también por que no, amores imposibles.
En ellos, en ellos te incluyo a ti.
Por que vos lo hiciste imposible.
Dado que los giles batían,
como una chica como vos,
con uno de la yeca, como yo.
Así te fuiste.
Te engrupiste con los otarios y los vacanes.
Tu vieja pava;
orgullosa de verte con collares a granel, coche y un faso con boquilla larga.
Pero la vida me enseñó.
Y luché, luché y luché
Para llegar donde hoy estoy.
No siento nada ya por ti,
ni rencor, ni lastima, ni amor...

Pero si alguna vez me necesitas,
Sé que estaré allí, ... contigo.


Texto escrito en la ciudad de Cosquin en 1981. Recordado hoy luego de 28 años.

jueves, 25 de junio de 2009

"Una noche feliz"

Anoche estuve en el Maipo presenciando el festejo por los 40 años de la edición del Disco Larga Duración “Yo vivo en esta Ciudad” de Pedro y Pablo. Entre los asistentes alcancé a ver a Víctor Hugo Morales, Fernando Masllorens, el Tano Piero, Gustavo Lutteral, Fernando Bravo, dentro un teatro llamativamente completo como lo llenaban 27 años atrás, cuando los veia en Obras como lo muestra la entrada que todavía guardo (la de la foto no es mia).
La crónica del show ya fue explicada en la entrada anterior del blog por el prestigioso periodista Cristian Viale.

Debo decir que me emocioné con algunas versiones “originales” de canciones que nunca había escuchado en vivo.
PyP ingresaron a mi vida en el año 1981 cuando el sello discográfico Interdisc lanzó un LP de tapa negra con el nombre Pedro y Pablo en letras cursivas, que adquirí en una disquería de Lope de Vega y Fco. Beiro de la ciudad de Buenos Aires; compuesto por 12 temas grabados 10 años atrás en CBS. Esto no fue un relanzamiento ya que se reemplazaron las canciones “La Marcha de la bronca” y “Los perros homicidas” por “Catalina Bahia” (que no salió en el LP original del año 1970 por pornográfica) y “Los caminos que no sigue nadie” (lado B del primer simple del duo).
Al poco tiempo salio el LP “Contracrisis” de Cantilo-Durietz (no se lo podían anunciar como Pedro y Pablo) con un nuevo repertorio, el cual fue muy difundido en los recitales de la época y en las sucesivas reuniones del grupo.
Por esto digo, escuché por primera vez en vivo con los arreglos originales “Con ropa de varón", “Asociación Modelos Argentinos” con dialogo incluido, “Jhonny Bigote” aunque Onganía sea un lejano recuerdo. ¡Ojo! nuevos bigotes pueden atentar contra nuestras libertades y conquistas sociales, “Andando a caballo” y alguna canción más.
Revivir temas que conozco de memoria por escucharlos a través de la pua de un disco, los cabezales de un pasacasette o los modernos lasers actuales, me emocionaron.

Vivimos paremos” nos dice…
“Mañana cuando fiches
Tu vida un poco más
Recuerda que a tu espalda
Revienta un sol en paz.”

Guarda con la rutina” termina con…
“Amigo cuidate de la rutina
Que es como una carabina
Que tira a repetición.”

Los perros homicidas” fabula, ironiza…
“Hace poco me agarró un sabueso
A la orilla de mi libertad
Lo coimeé con un tremendo hueso
Y enseguida dejó de ladrar”

La quimera del confort” advierte…
Todos marchan enfilados,
la quimera del confort,
yo me siento mas humano
y me voy atrás del sol.”

Che, ciruja” poesía…
Entre la luna lágrima de mármol
Y el viejo elenco de astros parpadeantes
Mete la mano en tachos repugnantes
Para sacar estrellas bajo un árbol "

Pueblo nuestro que estas en la tierra” en esos días no podías votar y en estos días que tenemos que someternos al dictado de las urnas, aclama…
El pueblo quiere saber
de que se trata esta vez
no se le puede mentir
quiere elegir
elegir…”

“Tiempo de guitarra” toda la noche me la pasé…
“Va tu mano cacheteándole sonido
Y tu zapatilla rota masticando ritmo”

"Catalina Bahia” más poesía…
“La mirada en el techo de los días
La ceniza en el suelo del pudor
Y su nombre arrugado en una silla
Su apellido tendido del balcón”

"Marcha de la bronca” un rugido…
“Bronca pues entonces cuando quieren
que me corte el pelo sin razón,
es mejor tener el pelo libre
que la libertad con fijador”

En fin... una noche feliz compartida con mi hijo Camilo, Cristina, mi ayer y mi hoy.


viernes, 19 de junio de 2009

"Pedro y Pablo cantan los 40"

El 17/06 Pedro y Pablo se presentaron en el Teatro Maipo de la ciudad de Buenos Aires para "festejar" los 40 años de la gestación de su primer LP. Lamentablemente no pude concurrir. Pero tengo la revancha el próximo miércoles.


A continuación transribo la nota escrita por el prestigioso periodista Cristian Viale, aparecida en el diario Pagina 12 de hoy.




No era fácil la jugada de Miguel Cantilo y Jorge Durietz. No es usual, para empezar, que un grupo –cualquiera sea su raíz– decida un retorno así: recrear, completo y tal como fue concebido, su primer disco. Más aún cuando ese disco fue hecho hace 40 años y bajo un contexto estético, social, y –sobre todo– técnico, que tiene tantos años como él. Patriada brava, sobre todo, porque muchas de esas canciones, dados unos tantos retornos, regrabaciones y vivos posteriores, variaron e impregnaron así en el imaginario: con más fuerza que sus versiones originales. De aquí, dos cosas: el esfuerzo puesto por el dúo en traducir los arreglos originales y reproducirlos con una orquesta sintética, pero afín –cuando “la sal” pasa más bien por sus interpretaciones libres– y, segundo, resignar la posibilidad de tocar clásicos altamente exigidos por el público –“Que sea el sol” fue una excepción– sólo por priorizar canciones que jamás, o cuanto mucho pocas veces, fueron tocadas en vivo, como “Tu soledad”. De ahí que el retorno de Pedro y Pablo, el miércoles en el Maipo luego de diez años de ausencia escénica, pueda leerse como un hecho original. No es poco para un grupo que, aun con sus idas y vueltas, sus intermitencias “históricas”, es de los que mejor atravesó generaciones, por presencia, en este largo devenir del rock argentino.

Y la sensación, dado el cuadro, fue de extrañeza. Aun con todo, fue de extrañeza. Lo que se vio –y se volverá a ver el próximo miércoles– no fue el dúo venal, austero, caliente y breve que se instaló como flor y nata del folk telúrico –una especie de Simon & Garfunkel argentinos–, sino dos tipos imbuidos en el pulso total de una orquesta. Metidos dentro, casi como dos piezas más de una máquina musical que reprodujo al dedillo el mandato de las partituras. Todo concienzudamente armado bajo las coordenadas de una “reedición inédita”: la del disco debut Yo vivo en esta ciudad completo y todos sus lados B posibles: los que de una u otra manera pudieron ser después –caso “Catalina Bahía” o “Solo cambiando tu mente”– y los que jamás habían sido –como “Candombe del más allá”, que incluso estaba sin terminar–. El retorno de Pedro y Pablo, entonces, no fue un tirarse a escena y dejarse fluir, como había sido tantas veces, sino la consecuencia exacta de un serio trabajo previo.

Bien, para dar con el fin hubo que someter diez, doce músicos al legado de Jorge Calandrelli, el responsable de los arreglos cuando a P&P le fue permitido grabar su ópera prima en la vieja CBS. Para cumplir con el objetivo hubo que poner una sección de vientos, otra de cuerdas, bajo, batería, teclado, bandoneón, set de percusión e incluso un fagot. Así fue, la del Maipo, una reproducción casi fiel de aquellas sesiones de grabación en las que originalmente habían participado Cacho Tirao, Ricardo Lew y Juan Carlos Cirigliano, entre otros. Una reinterpretación que, por momentos, pudo resultar muy prolija, demasiado pulcra, suave, “formal”, pero nunca superflua. Cantilo y Durietz, con sus estrategias vocales, sus energías personales que no obedecen órdenes de papel calentaron la situación. Al menos en ciertas canciones: “La marcha de la bronca”, por supuesto; pero también “Che Ciruja”, “Dónde va la gente cuando llueve”, “Asociación modelos argentinas” –con el dialoguito del medio incluido– o “Guarda con la rutina”. Otras, como “En este mismo instante”, ese bellísimo alegato antibélico que les cabe tanto a Vietnam como a Malvinas, o “Pueblo nuestro que estás en la tierra”, tal vez –dada la sujeción al arreglo– hayan perdido la crudeza y el sentimiento de otras versiones, como las que el dúo incluyó en el segundo de los dos antológicos discos en vivo de principios de los ’80.

Cualquiera haya sido el resultado vivencial para cada quien, es imposible negar el peso específico del grueso de las canciones de los primeros P&P. Indiscutible el talento de Cantilo como observador, crítico e intérprete de las realidades humanas. Incluso, puede que ciertas de sus músicas hayan quedado cortas ante sus letras. Indiscutible, también, la segunda latina de Durietz y sus fraseos vocales como complemento indispensable de este pequeño todo. El aura de P&P, pese al corsé –necesario– de la orquesta y el riesgo de volver al principio pasando por alto la historia, volvió a aflorar y fluir con varios de sus temas más significativos. Y el bonus: cuentan los anales que fue Horacio Molina quien los vio tocar en La Fusa –un pub de Punta del Este– y los recomendó para entrar en CBS. Bien, el cantante de tangos también estuvo esta noche, 40 años después, pero con el mismo brillo para despacharse con dos tangazos (“Malena” y “Garúa”) y compartir con su pollo Cantilo un bolero de su autoría. Pedro y Pablo, en suma, cantó sus 40 ante un teatro colmado, emoción colectiva al tono, y reconstruyendo con exactitud el momento del parto... como si fuera la primera lágrima de un niño cuando nace. Y su sonrisa posterior.