Cataratas Argentinas

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"La patria, es mi infancia"
Lo que sucede a diario, relatos de lo cotidiano, de lo fantastico. Los anhelos, los recuerdos, lo que vemos, escuchamos, tocamos, degustamos, olfateamos.
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Perico

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lunes, 16 de marzo de 2009

El mate


El mate ocupa un lugar de privilegio en mi cotidianidad.
Hace poco, ante un problema de salud, me sugirieron prescindir de la ingesta de alcohol, frituras, mate y café. Hice caso. Lo que más extrañé fue el mate.

En mi hogar materno se hizo costumbre a partir del año 1980 cuando mi madre trabó amistad con una paisana vecina de su tierra peninsular, ésta fue su gran amiga en sus años postreros. Amalia, era el nombre de su amiga, introdujo el mate en mi hogar como infusión cotidiana, de modo tal que a mis 14 años comencé a ingerirlo con regularidad.
Transcurridos algunos años, una vez eyectado del hogar paterno, dejé este hábito, para consumirlo esporádicamente en mis distintos trabajos. De esta forma se sucedió el tiempo hasta que Cristina con el termo bajo el brazo llegó a mi vida, para quedarse conmigo, ambos, hasta la actualidad.
De ahí en adelante se hizo un rito diario, diría una ceremonia, un culto que me llena de buenas ondas.

Es el subterfugio propicio para decir al menos por una vez GRACIAS al prójimo, cosa tan difícil de encontrar en las relaciones de hoy, donde la gratitud brilla por su ausencia.

Aunque cada “cebador” tiene sus secretos, aquí explico como se prepara un mate sabroso, espumoso y duradero.

Poner la pava con agua sobre el fuego. Mientras esta se calienta hay que cargar el mate con yerba, hasta un poco más de la mitad de su capacidad. Si se quieren mates dulces hay que agregar una cucharadita de azúcar.
Luego se tapa la boca del mate con la palma de la mano y se lo da vuelta, al tiempo que se lo sacude un poco; de este modo la yerba más gruesa queda abajo, por lo cual, la bombilla no se obstruye cuando se comience a cebar.
Más luego se agrega agua (a esta altura debe estar tibia) y se espera un instante, pare que la yerba se hinche, así pues, se introduce la bombilla hasta el fondo del mate.
Cuando la temperatura del agua aumenta hasta el temple adecuado, ojo no tiene que hervir, se puede empezar la ronda de mate con las amistades.
Exelente video casero con musica de Miguel Cantilo "Me cebas un mate".-

2 comentarios:

Marcelo Dance dijo...

Cuando tengo ganas de "flashear" a mis vecinos (todos ellos muy correntinos) pongo en el equipo un chamamé de Os Farrapos (Grupo Gaúcho) llamado "Amargo Cimarrão", o sea "Mate amargo". Los quías se ponen "Verdes" como el mate al escuchar cantar chamamé en portugués! Es inútil, es más fuerte que yo eso de provocar al prójimo! (Ja! Ja! Ja!).
No soy de tomar mucho mate. Me acostumbré de toda la vida al café. Pero a veces me hago unos "dulces" como buen porteño que soy (Ese es uno de los tantos mitos de nuestra Argentina secreta. Los porteños tomamos dulce, los del interior, amargo).
Pero el mate además de ser una muy rica infusión, tiene muchas propiedades y además es un motivo para reunirse con amigos.
Siempre recomiendo tomar mate con hombres y no con mujeres. Nunca se sabe donde metieron la boca esas cochinas! Ja! Ja! Ja!
Bueno Tano querido, aprovechando la lluvia, me voy a preparar unos "Matienzos" y de paso me manduco una bolsita de biscochitos 9 de Oro azucarados!
Salutti!

antonia obiol y corcoll dijo...

Hemos sorteados frios inviernos al calor de un mate... el tiempo pareciera detenerse en este trajin... observar, mirar los brillos de una tarde de lluvia se dan bien con un mate... para mi bien amargo... como la vida...
Usare tus consejos.

Acogedores besos