


“Mi patria es el paisaje, los olores, los sonidos de mi infancia”.-

n apropiados para la ingesta de un Espumante peninsular o un Champagne Brut.

indispensables a mi equilibrio vital. Porque ellos hacen parte del mundo que yo, trémulamente, construí y se tornaron fundadores de mi encanto por la vida.
me cae alguna lágrima porque no están junto a mí compartiendo aquel placer...
sí realizar los trabajos de una democracia que causa por momentos sólo gracia; nunca un político se ocupará de uno más débil que él mismo. Ese egoísmo termina por fatigarme, y alejarme de un mundo que inventa varias realidades, para confundir, para tajar al menospreciado ciudadano manso, que se rinde un viernes y despierta un lunes desvalijado de ilusiones simples. De pronto un rayo tiñiendo el pasillo de anaranjado y rojo, me descubre mirando tu figura acercándote hacia mí, la imagen es fuerte en su concepción, por eso la quiero llevar para guardar en ella la esperanza que alguien más llega a mi vida. Un nuevo ser y no es casualidad, como si la conociera desde siempre, algo trae en el timbre de su voz
y el modo de expresarse; insisto, lo quiero conservar, un momento más para mi colección. La vida ... en fin, es una suma de momentos, los quiero disfrutar me hacen bien. Puedo ir al piano más tarde y buscar la nota justa para dar inicio al bosquejo de una nueva canción, ahora ya respiro en un crepúsculo fueguino, un extractor de humo que juega al iluminador, como el de una sala teatral; el color es prevaleciente, como si algo me ardiera dentro del corazón; ella ya no está, tal vez mañana la quiera escuchar; recuerdo que le prometí regalarle mis oídos para cuando se quiera desahogar. Aquí llega la noche es hora de partir."
