
Melosos, banales y cursis son los materiales, frases hechas o mensajes predichos con que te ametrallan en esta jornada. Pero debo decir que los melosos, banales y cursis también son mis grandes amigos.
El lunes recibí 22 mensajes de textos, a pesar que saben mis amigos ¡¡¡como odio los SMS!!!!, me enviaron 34 email (8 repetidos) de frases hechas artificiosas. Si no saben, les comento que no bien los abro y percibo la nimiedad del texto, los ELIMINO inmediatamente. Pero ¡a mis amigos los quiero!
Amigos… más allá de virtudes o adulteres (se me complicó encontrar un antónimo de virtudes y no me suena desvirtúes) en general los míos son mala gente. Desean las parejas de los prójimos, mienten a menudo por dinero (cosa que aborrezco pero yo tampoco lo puedo evitar), falsean por amor (esto sí que es divino), se contradicen en el decir con el actuar, muchos beben alcohol en demasía, otros consumen productos al margen de la ley, la mayoría conduce automóviles obviando las mínimas normas de seguridad vial, ven los programas de TyC sports, algunos hasta escuchan la radio 10; nooo creo que esto no lo hace ninguno,… pensándolo bien algunos no puedan vencer la tentación de escuchar por la noche a Dolina y Gilliespie. En fin… Hay quienes escuchan Cumbia viyera y hasta alguna amiga, me duele, pero lo se fehacientemente, escucha a Julio Iglesias; ¡sí!, me da cosita decirlo, pero los amigos se aceptan como son. Mis amigos, diría
Joan Manuel, “Son unos atorrantes”, “Son unos sinvergüenzas”, “Son unos desahogados”, “Son unos malhechores”, “Son sueños imprevistos”, “Son gente cumplidora”, “Son lo mejor de cada casa”, “Son lo peor de cada casa”.
Las malas compañias.
Vuelvo a la frase de Vinicius.. La gente no hace amigos... Los reconoce.