Cataratas Argentinas

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"La patria, es mi infancia"
Lo que sucede a diario, relatos de lo cotidiano, de lo fantastico. Los anhelos, los recuerdos, lo que vemos, escuchamos, tocamos, degustamos, olfateamos.
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Perico

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miércoles, 2 de septiembre de 2009

Mi billetera extraviada


La semana pasada viví un episodio singular. Lo relaté inmediatamente de forma oral como es mi costumbre, pero lamentablemente no lo pude transcribir enseguida debido a que tuve que someterme a una pequeña cirugía, la cual tenía programada desde hace un tiempo; sucedió que los días previos a la misma no estaba con ánimo ni coraje para postear ni leer nada.
Ahora la situación se acomodó, por lo tanto paso a describir brevemente la pequeña anécdota.

El lunes 24/08 fui a buscar a mi hijo más chiquito e hija mayor en mi vehiculo, al cumpleaños de un hermanito de una amiga de mi hija. El festejo se realizó en la casa del cumpleañero en un barrio muy pobre; no digo marginal, ni humilde; sino, un barrio que antiguamente era de casa quintas y con el paso de los años se transformó en un lugar poblado mayoritariamente por gente de pocos recursos económicos, como la mayor parte del territorio que circunda a González Catán, la zona en donde vivo desde hace más de 15 años.
Merodeando el lugar descripto perdí mi billetera, en la cual portaba la cedula de identidad, los carnéts de obra social, las tarjetas de créditos y débitos, también pesos cuatrocientos, dólares ciento seis, y lo más importante… el registro de conductor profesional emitido por la CABA. La guita no me sobra para nada, pero en ese instante no me importaba en absoluto; en cambio extraviar el registro sí, es el mayor problema que se me presentó, puesto que los trámites para volver a registrarse son múltiples, y la demora para sacar turno es de por lo menos un mes; aparte hay que pedir turno para cancelar las infracciones de tránsito, para conseguir el certificado de reincidencia (de buena conducta), para hacer un curso informativo y para someterse a la revisación médica. ¡Luego de sacar turno hay que hacer los trámites con éxito!
Aclaro que me salieron 6 infracciones de transito de un auto Subarú Impreza que tuve solamente entre Marzo y Julio del año 2002, el cual ni si quiera puse a mi nombre. Realmente un kilombo sacar turno para concurrir al Tribunal de Faltas de la calle Carlos Pelegrini, y luego intentar probar que no soy el autor de las infracciones descriptas.
Pero sucedió que al otro día, luego de hacer la mayor cantidad de diligencias posibles para resolver las dificultades surgidas por el penoso extravío, en el horario nocturno me llamó a mi casa un sujeto llamado Sebastián manifestando que había encontrado la billetera. Mi alegría fue muy trascendente, e inmediatamente le sugerí que nos encontráramos esa misma noche, aparte le dije que iba a tener una gentileza pecuniaria para con él; a lo cual me manifestó tajantemente que ese no era su objetivo.
Pues bien, concurrí al lugar de la cita junto a mi mujer, puesto que esta sospechaba que podía ser una treta para robarme o algo por el estilo, y allí estaba Sebastián junto a su esposa. De forma inmediata me entregó mi billetera. Me quedé atónito cuando hallé en su interior todo el dinero intacto y por supuesto también la documentación completa.
Mi primer impulso fue entregarle todo el dinero que había en la billetera, pero Sebastián se negó rotundamente, insistí en varias oportunidades, siempre recibiendo una negativa concluyente, tanto de Sebastián como de su esposa Claudia, los cuales dejaban vislumbrar por su aspecto una gran estreches económica, reflejada en sus ropas, en la delgadez extrema de la mujer y en la despoblada dentadura del joven. Al fin ambos me invitaron a concurrir a un Templo Evangélico ubicado cerca de mi hogar, que es precisamente, al que ellos acuden periódicamente. Todo esto con la mayor cordialidad, educación y sin ser muy insistentes en su pedido. Fue así que le entregue a Claudia ciento cincuenta pesos para que los destinara a adquirir alimentos para los niños que concurrieran al Templo y esta vez no se rehusó. También dejé mi promesa que a la brevedad iba a concurrir a la Iglesia descrita.

Al final este episodio me hizo recuperar la fe en el prójimo, lo cual no es poco, sobre todos en estos tiempos de tanta desesperanza.

4 comentarios:

antonia obiol y corcoll dijo...

QUE BUENO, TAN BUENO COMO PARECIERA QUE ESTAS AL OTRO LADO DE TUS PROBLEMAS MEDICOS... VIENE LA PRIMAVERA, ¿SERA ESO?
EL MARTES UN NIÑO QUE JUGABA CON BURBUJAS DE JABON ME DIJO: . ¿QUIERES PEDIR UN DESEO? - Y AGREGO - PERO TIENE QUE SER HACIA LA TIERRA PARA QUE SE MULTIPLIQUEN -

COLORIDOS BESOS

pelicanopitekus dijo...

Cuatrocientos pesos argentinos y ciento seis dólares!!!
Tuviste suerte que no la encontrara yo,ché.
Saludos.

Marcelo Dance dijo...

Se le pueden criticar muchas cosas al argentino, pero hechos como éste no son tan aislados, como se pudiera creer.
Siempre aparece algún taxista o un remisero devolviendo sumas importantes.
Somos un pueblo solidario, pese a todo, y queda demostrado cada vez que alguien lo necesita.
Un abrazo Tano!

PD: Como se nota que vivís en Buenos Aires. Acá salir con más de $ 100.- en el bolsillo es un completo despropósito.

Silvio dijo...

Antonia.
Tardaré un poco en recibirlos, pero ya me llegaron tus coloridos besos.

Pelicano.
Sí,tuve suerte. Pero no te creas que tanta. Eh.

Marce.
Lo triste se me ocurre es que cuando aparecen esos taxistas o remiseros se los considere unos boludos.

Saludos a mis grandes amigos de tertulia cibernética.