A las seis y quince suena el despertador. La mano izquierda golpea con fuerza el aparato productor del insoportable ruido en forma de chicharra. Cesa el infernal sonido. Las piernas se inclinan en dirección al piso. Sobre el suelo dentro las pantuflas, los pies comienzan a desplazar la pereza matutina hacia el baño. Instalado en él, arroja por el retrete los típicos desperdicios de la humanidad. Mediante el uso de crema y máquina de rasurar de una marca multinacional, continúa con su rutina de aseo.
Las hijas comienzan también su jornada costumbrista.
La ropa formal seleccionada la noche anterior, pausadamente viste el cuerpo atravesado por el meridiano de una vida típica. A la ingesta de una ligera infusión, sigue el beso a su esposa e hijo menor. Junto a sus maravillosas chicas, en su rodado, parte rumbo a la “selva”. El corto viaje hasta el colegio de su hija infantil, es amenizado por la Rock and Pop, con Vernaci en la locución. Luego es el turno de la nena adolescente en su colegio secundario, un beso cariñoso los despide, las ve reunirse con sus compañeros, reflexiona sobre el paso implacable del tiempo. Por fin el hombre se dirige en su coche a su labor.
El primer triunfo se obtiene al conseguir un lugar para estacionar, bajo los álamos que brindan protección al automóvil, de los impiadosos rayos del sol.
Saludos varios, mate cocido, computadoras, papeles grises, escritorio, rutina, teléfono, Internet, explicaciones, ordenes, sugerencias, alguna discusión; por suerte la compañía de un amigo, sutil almuerzo con café incluido, la radio brinda su entretenimiento, etc. Pasan reiterativas situaciones, hasta que al fin llega la hora de encarar el regreso.
El volante, la ruta en eterna construcción, alguna pinchadura en un neumático, la llegada a casa. El beso de los hijos, mate compartido en familia, algo para reparar en el hogar, los deberes del colegio, la mancha de humedad en el techo del comedor, foto de la madre, ducha con el niñito chiquito, cena frente al televisor. El llamado telefónico de un amigo. Algún disco de vinilo de Rock Nacional. La lectura de un libro o artículo periodístico.
La escritura de esto mientras suena en el grabador “garota de Ipanema”.
El día pasa. La vida marcha, se va.
Lo que sucede a diario, relatos de lo cotidiano, de lo fantastico. Los anhelos, los recuerdos, lo que vemos, escuchamos, tocamos, degustamos, olfateamos.
La vida, el amor, la musica, los colores.
El llanto, la risa, los estímulos, las criticas.
La amistad, el futbol, la niñez.
La vida, el amor, la musica, los colores.
El llanto, la risa, los estímulos, las criticas.
La amistad, el futbol, la niñez.
martes, 26 de agosto de 2008
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4 comentarios:
Si pinchas el dibujo del muchacho leyendo un libro vas a ver y escuchar como Vinicius y Tom inerpretan Garotad de Ipanema.
Hola, esta buenisimo tu blog, llegue aca por que dejaste un comentario en un blog amigo que visito (verdurokosida de marcelo), bueno, cuando estes muuuuuuuuuy aburrido pasate por el mio si tenes ganas, salu2!
Lucho. Paso seguido por tu blog. Me copo lo de Betty Boop.
salu2
Me encantó tu blog, tu modo de contar los hechos cotidianas. Qué suerte que te presentaste por el mio así pude conocerte, vendré más seguido. Te dejo un beso y muy linda la historia me que contaste!!
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