Una especie de diario. Relato del día a día, en que afloran las obsesiones y fobias de Bukowski como persona, donde vierte en una palangana toda la bilis, producto de años de excesos etílicos y cinismo, para arrojarlas al rostro de la humanidad. Es el legado de un tipo que nunca encajó en el mundo.
En sus párrafos se desprende la presunción sobre la cercanía de su muerte, su apego a la bebida, su hábito por las apuestas en los hipódromos, la curiosa admiración por la computadora, el desprecio por la burguesía.
Sospecho que lo escribió en paralelo a su última novela “Pulp”.
Sumergiéndonos en sus páginas encontramos brillantes y ácidas consideraciones sobre un amplio abanico de temas.
“El mejor lector y el mejor humano son los que me recompensan con su ausencia”
“Un escritor no se debe más que a su escritura. No le debe nada al lector, excepto la disponibilidad de la página impresa”.
“Con el dinero solo hay dos problemas: Tener demasiado o tener demasiado poco”.
“Hay muchas cosas de la que escribir, pero no de las que hablar”.
“Cuando escribes debes deslizarte. Puede que las palabras se retuerzan y entrecorten, pero si se deslizan, entonces hay un cierto encanto que lo ilumina todo. La escritura cuidadosa, es escritura muerta”.
Toda la obra de Bukowski está impregnada por los olores fuertes de los suburbios y los bajos fondos, donde se acentúan, los protagonismos de putas, rufianes, vagos, sinvergüenzas, malvivientes.
Pero en este corto libro (75 páginas), refleja que todo ha cambiado para seguir igual, ya que Charles vive en una casa cómoda con yacuzzi y piscina, tiene un buen coche esperando en el garaje, se ha hecho rico y famoso, rechaza una propuesta para hacer un programa de TV inspirado en él mismo, vive una agradablemente rutina con su mujer Linda, pero… nada ha cambiado, lo que antes era una mierda, lo continúa siendo; emergen las miserias propias de nuestra condición de gentes, esas que él, gran observador, sigue sintiendo; a la vez que los hombres, a manera de sociedad, continúan tan lejanos y distantes para el escritor, como cuando era joven, dado que al igual que hoy no había esperanza.
Por lo tanto se puede decir que a los setenta y pico de años Bukowski a pesar de los excesos y achaques está agudo y sagaz, manteniendo toda la capacidad narrativa y descriptiva que lo acompaño en su vasta escritura.
La humanidad está putrefacta, por lo cual tarde o temprano, ante el menor descuido “los marineros tomarán el barco”.
7 comentarios:
Bukowski,tal véz el escritor mas mal leído,tanto que se le llegó a confundir con lo que escribía,especialmente con Chinasky,
sin reparar que la misión,(si es que la hay),de un escritor ,es dejar huella de su tiempo,aún con toda la basura de su propio presente,basura
que el tiempo tambien transformará en clásico.
Los que más le criticaron su lujosa final existencia,tratandolo de vendido,son aquellos que nada tenían para vender.
SALUDOS .
Los que más le criticaron su lujosa etapa final de vida no se si no tenían nada que vender, creo que habían comprado un personaje. No se dieron cuenta que Chinasky es eso precisamente, UN PERSONAJE compuesto por ficción y algo de realidad, pero un personaje al fin.
Cariños.
Hola, t invito a ver mi blog
Hey! Se me había pasado esta entrada (???)
Bukowski adoraba tanto la soledad como la bebida, las mujeres y las carreras de caballos, pero eso lo hacía tan humano como cualquiera de nosotros.
De hecho, y exceptuando a los Flanders (que son una caricatura), no conozco a nadie que encaje en este mundo (me incluyo).
Brindo con un Vodka en la mano por el viejo maldito de Charles Bukowski, Henry Chinaski o como mierda sea!!!
Y que nos haga un lugar donde esté, que ahí vamos a ir a parar todos!
Yo brindo con agua mineral (espero que esta abstinencia dure pocos días) porque sino voy a ir a parar muy pronto al paradero de "El viejo Indecente".
Saludos.
- No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo, no saldras vivo de ella-
Les Luthiers
Antonia como siempre, muy ocurrente.
Certera.
Besitos
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